
María deja la última jarra y se seca la frente. Mira hacia el sendero montañoso y piensa en el viaje de 30 minutos que tiene por delante. Levanta la pesada jarra y comienza a caminar con paso firme. El sol ha salido del todo y no le queda mucho tiempo antes del trabajo. Las jarras que llenó hoy no le durarán mucho, pero será suficiente agua para lavar la ropa de su familia y bañarse un día más.
Sin embargo, el agua turbia del río no está lo suficientemente limpia para cocinar o beber. María y su hijo mayor tendrán que salir temprano en la mañana siguiente para comprar unos litros de agua en el pueblo más cercano, un viaje de dos horas a pie. Esto es más de lo que pueden pagar, pero sus opciones económicas son limitadas.
El pozo local ha estado fuera de servicio durante más de un mes, más de lo habitual. Cada vez que se rompe la bomba, sus vidas difíciles se vuelven un poco más agotadoras. María es parte del equipo de gestión del pozo y sabe que esto no es sostenible. Ella no puede seguir así para siempre. Su comunidad no puede seguir así para siempre. Pero, por ahora, continúa el camino a casa, estabilizando cuidadosamente la jarra mientras avanza por el sendero rocoso.
“La historia de María es solo una de los muchos residentes de El Carmen que trabajan para sobrevivir. Una nueva bomba eléctrica de agua podría reducir su carga y brindar nuevas oportunidades en su comunidad.”
Durante más de 25 años, en asociación con ingenieros profesionales y líderes de la comunidad local, la Asociación de Mangle ha brindado acceso a infraestructura de agua y saneamiento a más de 14,000 familias. El acceso inadecuado a un suministro de agua limpia y segura afecta profundamente la salud de la comunidad, la seguridad alimentaria y el medio ambiente. Sabemos que ayudar a las comunidades a acceder a fuentes limpias y confiables de agua potable mejora en gran medida la calidad de vida de las comunidades, y estamos dedicados a continuar con este trabajo.
Para la pequeña comunidad de El Carmen, una bomba de agua averiada amenaza la seguridad hídrica de 20 familias. La comunidad administra su propio suministro de agua, lo que les permite tener agencia y control sobre este recurso vital. El Carmen actualmente tiene una fuente de agua limpia y de alta calidad de un manantial, pero la bomba de ariete hidráulica que usan para acceder a ella hace décadas es vieja y está en sus últimos días.
Cuando la bomba se rompe, como ocurre con una frecuencia cada vez mayor, la comunidad se ve obligada a recoger agua no potable de un río cercano y caminar dos horas hasta el pueblo más cercano para comprar agua potable. El servicio de agua municipal no está disponible en el área, e incluso si lo estuviera, es caro, de mala calidad y poco confiable.
Podemos aumentar la calidad de vida de las familias rurales, incluidas las de El Carmen, pero necesitamos su ayuda. Estamos trabajando con líderes comunitarios e ingenieros voluntarios para desarrollar e implementar sistemas de agua sostenibles que restablezcan un servicio de agua confiable a las comunidades rurales. Con su apoyo, es posible crear comunidades más fuertes, seguras y saludables. ¿Apoyarías estas iniciativas con una donación directa a la Asociación de Mangle? Has click en este link para hacerlo
Con su apoyo, es posible crear comunidades más fuertes, seguras y saludables.
Con agradecimiento,

JOSE MARIA ARGUETA PINEDA
Director Ejecutivo